Cuando tienes el corazón roto, el mejor lugar para sanarlo es junto a los tuyos.
Así lo cree Angie, que ha dejado atrás un matrimonio roto, un trabajo brillante y, sobre todo, el fracaso de una maternidad que no ha podido ser y que pesa como una losa sobre su espíritu.
El cariño de su madre y sus hermanas y el trabajo en el restaurante familiar son bálsamo para su alma, y Angie comienza a aceptar que hay otras cosas en la vida además de la de ser madre, e incluso piensa en recuperar a su marido, Conlan.
Pero el destino tiene sus propios planes, y cruza en su camino a Lauren, una adolescente lista y alegre que lucha por abrirse paso en la vida a pesar de la pobreza y el abandono de una madre alcohólica y depresiva.
Angie sabe que está pisando terreno peligroso, pero todo sus instintos le dicen que aquella muchacha la necesita.
Su familia la arropa pero también le advierte: su corazón herido no podrá resistir muchos embites.