Mostrando las entradas con la etiqueta Hiromi Kawakami. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Hiromi Kawakami. Mostrar todas las entradas

lunes, mayo 15, 2017

El cielo es azul, la tierra blanca

Tsukiko tiene 38 años y lleva una vida solitaria. 

Considera que no está dotada para el amor. 

Hasta que un día encuentra en una taberna a su viejo maestro de japonés. 

Entre ambos se establece un pacto tácito para compartir la soledad. 

Escogen la misma comida, buscan la compañía del otro y les cuesta separarse, aunque a veces intenten escapar el uno del otro: el maestro, en el recuerdo de la mujer que un día lo abandonó, Tsukiko, en un antiguo compañero de clase. 

Con una prosa sensual y despojada, Kawakami nos cuenta una historia de amor muy especial: el acercamiento sutil de dos amantes, con toda su íntima belleza, ternura y profundidad. 

Abandonarse a la pasión

Los ocho relatos que componen este libro, si bien totalmente independientes los unos respecto a los demás, parecen atravesados por el mismo eje, tejidos con el mismo hilo, sutil pero firme en su atadura. 

Con asombrosa sensibilidad, Kawakami hilvana historias que hablan de enamoramientos, de desengaño, de pasión, de sexo, de amor y del casi inevitable desamor, y dibuja unos personajes hermosamente heridos, mujeres que descubren lo que la vida parece depararles para bien o para mal.

La extraordinaria prosa de la autora nos empapa con la fina lluvia de sus narraciones, nos hace sentir el miedo y la repugnancia, la indignación, el dolor y el odio, pero también la comprensión, la empatía y el apego por los personajes que nos presenta. 

A un ritmo suave pero en ningún caso lento, Kawakami nos acerca a lo dulce y amargo de la vida y el amor.

Algo que brilla como el mar

Las circunstancias han convertido a Midori Edo en un muchacho que siente sobre los hombros todo el peso de una adultez prematura. 

Vive en casa de su abuela Masako junto a su madre Aiko, y recibe regularmente las visitas de su desvergonzado padre biológico.

Pero Midori y su familia no son los únicos que viven constreñidos por el asfixiante lazo de una existencia precaria. 

Hanada, su amigo de la escuela, quiere vestirse como una mujer para fundirse así con la sociedad que lo rodea y sentir el desprecio ejercido por esta en su propia piel, al tiempo que la enamorada Mizue ha de soportar sus miradas llenas de indiferencia.

Algo que brilla como el mar es la historia de unos personajes que sienten que en el mundo donde viven no hay lugar para ellos. 

Midori, Hanada, Mizue; todos ellos transitan por un puente colgante entre una época ancestral que vive sus últimos días y un mundo nuevo que justo empieza a abrir los ojos al cambio.