¿Los príncipes llevan Birkenstocks?

Para Ana las cosas no podían ir mejor. 

Tiene un novio fabuloso que nadie entiende qué ha visto en ella, trabaja (o hace que trabaja) organizando bodas con sus dos mejores amigos, lo que significa que ya no trabaja para aquel señor que se echaba pastillas de éxtasis en el café en vez de azúcar, y lo mejor de todo: todavía nadie ha decidido cancelar el programa de las Kardashian. 

Pero la teoría es simple: cuando las cosas van tan bien, en algún momento tienen que empezar a ir mal. 

Una compañera de trabajo de Juan que bien podría ser la hermana perdida de Heidi Klum empieza a aparecer en escena más de lo necesario, al igual que Florian, el nuevo vecino alemán de Ana, que con su porte de actor de Hollywood parece estar presente siempre en el momento más inoportuno. 

¿Conseguirá Ana superar los obstáculos que la vida se empeña en ponerle delante, al tiempo que intenta hacer realidad los sueños de todas las mujeres que entran en su oficina? ¿O tendrá que replantearse su vida entera? 

El príncipe verde también existe

Ana es una chica del montón, de las del montón de verdad, sin un cuerpo de escándalo ni unas mechas de 300 euros, que en pocos meses pierde su negocio, al que creía que era el amor de su vida, y que se ve obligada a aceptar un trabajo de secretaria en una empresa de algo que le interesa tan poco que ni siquiera sabe lo que es. 

Pero lo que no pierde es su sentido del humor.

Acompañada de su mejores amigos y de otros tantos no tan amigos, inmersa en la organización de una boda y tratando de superar los obstáculos que la vida nos va poniendo.

Ana se va abriendo camino de nuevo (a codazos, sí, pero lo importante es participar) para descubrir que los príncipes no tienen que ser siempre azules. 

También pueden ser verdes.

No Te Olvides De Escribirme

Galo tiene una vida perfecta: un buen trabajo con un futuro prometedor y una novia espectacular con la que va a casarse.

Pero, como casi todo el mundo, Galo tiene un secreto. 

Desde hace veinte años recibe postales que no son para él, de alguien a quien no conoce y, sin saber por qué, las va guardando, aun sabiendo que nunca podrá devolvérselas a su legítimo dueño.

Pero a veces la vida tiene otro camino pensado para nosotros, y Galo está a punto de descubrir el suyo....